El joven de 25 años acusado de matar a tiros a Rocío Magalí González fue detenido este martes tras permanecer casi cinco días prófugo.
El joven de 25 años acusado de haber asesinado a tiros el pasado jueves a Rocío Magalí González, una joven con la que trabajaba en un local de ventas de alarmas y monitoreo de Saladillo que lo había enunciado por acoso y maltrato, fue detenido este martes tras permanecer casi cinco días prófugo, en un campo ubicado entre esa ciudad bonaerense y Las Flores.
El hombre era buscado tanto por la policía de Saladillo como de las localidades linderas por numerosos efectivos policiales que rastrillaban la zona.
Las fuentes detallaron que, para prevenir incidentes en Saladillo, Chidichimo será alojado en comisaría de Rauch, a disposición de la fiscal a cargo de la causa, Patricia Hortel, quien lo indagará en las próximas horas.
El femicidio ocurrió el jueves último en el local Carletti Servicios, una firma dedicada a la venta de sistemas de alarma y monitoreo de viviendas, ubicado en la calle Frocham 2832, de esa ciudad del suroeste de la provincia de Buenos Aires.
Chidichimo llegó al local fuera de su horario laboral, cerca de las 14, y se dirigió directamente a un cuarto donde se realizan los monitoreos de las cámaras de seguridad y en el que trabajaba Rocío.
Sin mediar palabra, Chidichimo desenfundó una pistola Bersa calibre 9 milímetros y disparó al menos siete veces en dirección a González, quien fue herida de gravedad. Tras el ataque, el joven escapó, mientras que la víctima fue trasladada al sanatorio local, donde falleció.
Voceros judiciales indicaron que la víctima había realizado una denuncia contra Chidichimo a fines del 2022 y otra en mayo de este año por maltratos, acoso laboral y violencia psicológica.
«Las denuncias fueron realizadas en la comisaría de la mujer, pero fueron ante el fuero civil, no penal, por eso las actuaciones se derivaron a un Juzgado de Paz, que tomó medidas cautelares», explicó a la prensa la fiscal Hortel.
Chidichimo se fugó de la escena del crimen en una moto de 110 cilindradas, que luego abandonó en un campo a unos diez kilómetros y que, desde allí, siguió la fuga a pie.
Una tía de la joven asesinada contó a la prensa que el ahora detenido amenazó dos días antes del crimen a Rocío diciéndole que «disfrutara porque ya le quedaba poco».
Según la mujer, el agresor «fue directamente a matarla», y lo tenía todo «premeditado» y «pensado», al punto que «no le dio tiempo de apretar el botón antipánico» con el que contaba Rocío a raíz de las denuncias previas que pesaban sobre él.